1 mar 2009

Reservarse

Mientras esperábamos a nuestro primer hijo nosotros fuimos muy reservados, es decir, muy poquita gente compartió con nosotros nuestro camino. Al inicio solo nos siguieron nuestros amigos más íntimos que se pueden contar con los dedos de una mano y mi madre y hermana, cuando conseguimos el CI, teníamos claro el país elegido y firmamos con la ECAI se incorporaron los otros familiares más directos. Pero nadie más conocía de nuestro peregrinar queríamos evitar comentarios que nos agobiaran aun más en la espera. Ademas mi futuro hijo/a era algo que estaba presente pero que no presidía nuestro día a día, tuvimos la fuerza suficiente para mantener un cierto alejamiento emocional que nos ayudo mucho.

Cuando llego la preasignación a principios de enero de 2008 y vimos su carita y su nombre yo me lance en una espiral de compras que duro un solo día le compre ropa que no me sirvió hasta un año después. Pero mi marido no me dejo lanzarme más a fondo me recordó lo que yo siempre le venia recordando no es nuestro hijo hasta que se celebre el juicio. Por ello nosotros no preparamos nada hasta que el juicio se celebro, aunque si miramos todo desde la decoración a hacer una lista de posibles cosas que necesitábamos y que nos podían regalar, miramos papeleo ( Seguridad Social, Extranjeria, etc..).Sabíamos que al menos tendríamos 15 días entre la celebración del jucio y el viaje a por nuestro pequeño y pensamos como así fue que nos daría tiempo a preparar todo.

En este tiempo si mostramos orgullosos la foto de nuestro hijo a la gente que nos lo solicitaba ya que al final la noticia corrió como la pólvora y esos apenas dos meses se nos hicieron los más largos y dolorosos. Sobre todo pq la gente no entiende, no sabe pq no vas a a por tu hijo, como si tu pudieras elegir, no entiende que le digas si todo va bien en marzo, ¿es que algo puede ir mal?...Asi que pasamos mucho miedo, ahora reconozco que ese era el sentimiento que nos dominaba, teníamos miedo a que algo pasara y tener que reconstruir nuestro corazón roto en mil .

Por eso nuestro hijo tenia el nombre que le puso su madre en Etiopía, por eso mirar su foto que presidía mi salón y mi despacho me producía cierta tristeza, ya que el miedo me hacia no entregarme a fondo, no dar todo de mi, reservarme un espacio en mi mente por si acaso. Creo que muchas personas pudieron pensar que fría era, ya que al hablar de el lo hacia con cierta distancia emocional.

Pero también habíamos tenido miedo antes y si no conseguimos en CI y si en ningún país cumplimos los requisitos y si los requisitos cambian... cuanto miedo en todo este proceso.

Hasta que un 25 de febrero, sonó mi móvil eran las 9,30 de la mañana habíamos conseguido dormir la noche anterior y nos habíamos preparado para que la llamada nunca fuera antes de la tarde y por ello cuando oí la voz de Ana de la ECAI diciendo: "Felicidades mama" solo pude acertar a decir: "¿Ya?" y me explico que si que todos habían salido positivos y yo que ya lloraba metida en el baño del trabajo pq el móvil sonó estando en un pasillo no dije nada más colgué y llame a mi marido. Y prometo que ese día ademas de las llamadas de rigor solo me dedique a mirar a MI HIJO ASHENAFI intentado asimilar al fin que era MADRE.

Las malas noticias para una familia conocida por todos me ha hecho recordar esos momentos pasados hace ya un año, ni si quiera me he atrevido a hacer un comentario en el blog o ha escribirle un e-mail ya que no se que decir, no puedo ni imaginarme lo que supone una perdida de este calibre y solo me cabe alegrarme pq parece que se van recuperando.

Por todo ello Semay hoy recuerdo lo que es tener miedo y pienso que debo reservarme un poquito, pero poquito ya que en esta segunda maternidad me prometí a mi misma no tener tanto miedo, aunque va a ser dificil.

2 comentarios:

Mariajo dijo...

Admiro muchísimo esa capacidad de ser prudente... Tú le llamas miedo, seguramente un poco habría, pero creo que sois muy prudentes. Yo no puedo, simplemente es así, hemos compartido todo el proceso, hasta la más mínima entrevista!! :-)
Un beso,
Mariajo

M dijo...

Yo soy como tú, sólo saben nuestro proceso de adopción amigos de la infancia (los más intimos) y familia.Tengo miedo y tampoco quiero agobios, aunque a veces es duro y me gustaria compartirlo más en el fondo no quiero.
Un abrazo

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